Invierno expone las problemáticas de dos jóvenes, un hombre y una mujer. La tensión sexual, la consolidación de la identidad, la incomunicación, la intimidad compartida y la vulnerabilidad se hacen carne escénica.  La pieza viaja alrededor de diferentes disciplinas: Invierno transita escenas donde se combinan la danza contemporánea y el teatro para llegar a la evidencia del conflicto entre los personajes. A su vez, procedimientos de la performance como el relato no aristotélico, la acción violenta y la autorreferencialidad (metalenguaje) hacen que Invierno no pueda ser encasillada en ningún género puro. Además se nutre de Pina Baush y su danza-teatro expresionista, Xavier Dolan y la música y estética de sus  películas, Lars Von Trier y la división en capítulos de su cine, David Wampach y sus procedimientos de “Shaking” y “Fucking with the space”, Jéssica Walker y su teatro laboratorio-ritual y las danzas tradicionales españolas. Éstos han sido grandes inspiradores, referencias y/o maestros que influyeron directamente el trabajo de creación de Invierno